Hoy comenzamos con Lourdes, una pequeña ciudad que pertenece a la región de los Pirineos Altos (Francia) que posee una gran belleza natural por que está situada en el atractivo enclave pirenaico, a orillas del río Gave.
Peregrinar al Santuario que tiene esta ciudad es una experiencia que, personalmente pienso, todo el mundo debería vivir alguna vez en la vida. La ciudad acoge a todos aquellos que quieran venir hasta este lugar sagrado.
Hasta aquí acuden personas de diferentes lenguas, edades, procedencia e incluso creencia. A pesar de esto, todos tienen en común una actitud: rememorar los hechos acontecidos en 1858, donde Bernadeta Sobiróus vivió dieciocho apariciones marianas.
Son más de 6 millones de peregrinos y
visitantes los que van cada año, de los cuales, más de cien mil son
enfermos que acuden en busca de consuelo y alivio. El agua de las fuentes es simple,
pura, potable, idéntica a cualquier otra agua de esta región. Es un signo, no
un talismán. El sentido profundo del agua de Lourdes está escrito en las
fuentes: "Lava tu cara, bebe de este agua y pide a Dios que purifique tu
corazón".
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